viernes, 1 de abril de 2011

Introducción

IMAGENOLOGÍA


«En la ciencia, en el campo de la observación, la casualidad sólo favorece a la mente preparada» Louis Pasteur

A finales del siglo XIX las expectativas en el progreso médico se centraron en dos áreas: la microbiología y la bioquímica y nada hacía prever nuevos avances en el campo de la física aplicada.

Constituía una gran incógnita lo que pasaba en el interior del cuerpo de pacientes vivos con alguna lesión o enfermedad, así como la localización y tamaño de una fractura ósea o la presencia de un cálculo renal.

Pero pocos meses antes de terminar 1895 nacería el reino de la imagen. Básicamente en esta técnica se trata de aplicar algún tipo de energía a los tejidos y a medir las diferencias entre la energía aplicada y la energía absorbida por el cuerpo.

La introducción de las técnicas de imágenes usadas en medicina han sido constantes desde finales del siglo XIX, cuando Röetgen descubriera los rayos X en 1895 y posteriormente en 1896 Becquerel descubriera que un compuesto de uranio emitía espontáneamente radiaciones ionizantes y en 1898 el matrimonio Pierre y Marie Curie descubrieran que el Torio también emitía el mismo tipo de radiación, base para el descubrimiento posterior del Radio y la radiactividad artificial.

Como dato curioso, dos meses después del descubrimiento de Röetgen, un eminente físico húngaro, Endre Högyes, publicó un trabajo en una revista médica de su país en el que sugería que la nueva técnica podría ser aplicable en el campo de la medicina. Su trabajo, titulado "Fotografía del esqueleto a través del cuerpo por el método de Röentgen" se ilustró con una serie de notables radiografías, entre ellas una de un esqueleto de rana.

Este descubrimiento marcará el principio de la segunda revolución científica, el nacimiento de la física moderna. Será el hallazgo de la física que mayor impacto directo tendrá en la medicina. Con él nacerán la radiología, la medicina nuclear y el comienzo de una tradición científica: los estudios de los físicos sobre la estructura de la materia, que ofrecen, consecuentemente, importantes y novedosas herramientas para el diagnóstico y tratamiento de algunas enfermedades.

El diagnostico medico se basa en la manipulación de informaciones y conocimientos de origen diverso, y no obstante las imágenes medicas constituyen una de dichas informaciones. La interpretación de imágenes médicas requiere de la participación de las siguientes fuentes principales de conocimiento medico:




  • Conocimiento sobre la técnica de imagenología: el conocimiento sobre los principios físicos y mecánicos de la técnica de adquisición, permite establecer la correspondencia (transformación) entre las estructuras del estudio y la imagen. Este conocimiento permite interpretar la apariencia y relaciones de las estructuras en estudio, estableciendo además los limites de aplicación y de diagnostico (resolución, calidad) asociados a cada técnica de imagenología.


  • Conocimientos anatómicos: este tipo de conocimiento incluye los aspectos morfológicos (estructuras anatómicas, formas, relaciones espaciales), fisiológicos (comportamiento dinámico) y patológicos (patologías y anomalías). Los modelos estructurales y anatómicos deberían ser dependientes de la modalidad, puesto que las imágenes de un órgano, obtenidas por intermedio de diferentes técnicas de imagenología, difieren notablemente (estructuras y características visibles en una modalidad no lo son en otra o tendrán un aspecto diferente). Esto quiere decir, que para una aplicación particular, un modelo podría tener demasiado detalle. La adecuación del modelo a la técnica empleada será ejecutado por el “Experto en modalidad”.


  • Experiencia del medico: la experiencia del medico en el reconocimiento y diagnostico permite una eficaz integración de las informaciones, determinando la calidad del diagnostico. Este conocimiento, posee también un componente reflexivo, para las imágenes medicas, la referencia utilizada es la segmentación producida por expertos médicos.


En 1972, el británico Hounsfield presenta en Londres el primer tomógrafo computarizado, en el cual la imagen no es analógica, como en la radiología convencional, sino digital. El equipo, que le valió un premio Nobel, fue desarrollado en base a los trabajos matemáticos, en 1917, del australiano Radon y a los de un sudafricano, Cormack, en 1950, sobre la distribución de las dosis de radioterapia causada por la heterogeneidad de las regiones del cuerpo.

La más reciente aportación de la tecnología al diagnóstico por la imagen es la resonancia magnética. Su descubrimiento les valió el premio Nobel de Física en 1952 a Bloch y Purcell, pero no fue hasta 1981 que se publicaron los estudios de los primeros pacientes sometidos a la técnica de R.M. con la espectroscopía, lo que permitiría una localización precisa de la fuente de la actividad metabólica en vivo.

Hoy la imagenología tiene un brillante provenir, gracias a las posibilidades que ofrece la informática para obtener, conservar y transmitir imágenes.

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